sábado, 24 de octubre de 2015

Los vagones pretéritos

Quienes lo han visitado alguna vez, dicen que lo que fue uno de los lugares históricamente más importantes de nuestro país en el siglo pasado, ahora es un paraje sobrecogedor y solitario. . Vestigios de un tiempo pretérito, de un tiempo que hubo y que no volverá, testigo mudo del inexorable paso de decenas, cientos, miles de hojas de calendario que han pasado y   que todo lo borran y olvidan. Y, sin embargo, los restos de hierro oxidado han convertido el lugar en un peculiar cementerio de trenes, fieles y mudos testimonios de un pasado histórico que a veces duele recordar, o elogiar, según se mire.

Antiguas máquinas de tren, vagones utilizados por los transportes mineros, hierros retorcidos, herrumbrosos y enmohecidos que el paso de los años y las duras condiciones climatológicas del lugar han hecho mimetizarse con este paraje alpino.

Aquellas viejas máquinas quedaron como únicos testigos del pasado histórico y la Retina Pretérita os ofrece en este reportaje la visión maravillosa de estas máquinas que yacen silenciosas en estas vías muertas y silenciosas que observan al visitante asombrado de tanta belleza decrépita.

El tiempo borró los últimos vestigios de ese tendido férreo comido por el óxido en donde se muestran los desnudos esqueletos de las viejas locomotoras allí olvidadas.

Os dejo con esta maravillosa poesía de JUAN MANUEL ROCA que ilustra excelentemente este reportaje gráfico:
Trenes

Atentos
a señales luminosas
los trenes
los furgones del correo
(látigos negros que parten la noche
en dos tajos de silencio)
dibujan oscuros trazos
secretas escrituras.

Alguien
hace el cambio de agujas en el muelle:
entonces entran en el túnel de mis sueños.


Madera y hierro, mudos testimonos de un fructífero pasado ferroviario






La vegetación engulle a esta vieja locomotora


Belleza decrépita








¿Museo? Al aire libre, si.





Interior de una de las viejas locomotoras


¿Bajáis?
La luz al finald del túnel



La grúa se mantiene todavía erguida




Más de un lustro yaciendo en el olvido





Mimetización casi total con la naturaleza










La estructura del edificio resiste por los buenos materiales empleados

Talleres
Bidones

Calderas de carbón
Férreas ruedas olvidadas


Más maquinaria en una de las infinitas salas de los talleres
Los talleres de reparación son inmensos y aún albergan todo tipo de piezas

Botella de Freixenet de los años 60
Habían montañas de carbón en cada sala de los talleres


Esquelto del armazón de una de las salas de los talleres de reparación
Vieja senyaléctica en el suelo




Una vieja lata de Fanta Limón ochentera

Restos de uno de los cuadros eléctricos
Vagones grafitteados por doquier
2 detalles de los lavabos masculinos
Cerrojo y telarañas (un clásico decay)

Red Room
Unión de dos vagones